El proyecto a dos años se tambalea tras siete meses
Los que me seguís desde hace tiempo en esta web o por Twitter en @AupaPucelaCom de sobra sabéis que no comulgo ni con Carlos Suárez ni con Braulio Vázquez, especialmente este último, los números de ambos están ahí y sus fracasos continuados.
Sin embargo, este verano mi percepción sobre la planificación deportiva de ambos mejoró ostensiblemente, quizás también porque lo habían hecho tan mal hasta ahora que a poco que hicieran utilizando un poco de sentido común en cuanto a gestión de grupos ya me parecía fantástico. Y es que, esta pre temporada arrancaba con casi la totalidad de la plantilla formada, con jugadores en propiedad y contratos a tres años, alguno de ellos ya apalabrados desde febrero/marzo, apuntes que atisbaban una planificación deportiva hasta ahora inexistentes en Braulio. Además, se empezaba a contar con la cantera, el salto de Ángel y Jose a la primera plantilla, junto a la renovación de los jugadores destacados del Promesas. Aún me sigo frotando los ojos mientras escribo esto…
De toda esta planificación de cara al presente curso, en mi opinión, mucha culpa también tenía el actual entrenador blanquivioleta, Paco Herrera. Un hombre experimentado en el mundo del fútbol, al que no le da miedo contar con la cantera, que desde marzo pasado ya dio su palabra para ser el técnico de esta temporada y comenzar a trabajar desde entonces con la dirección deportiva en este enésimo proyecto de Carlos Suárez en la presidencia. Proyecto que en su presentación se nos ‘vendió’ a ‘dos o tres años’.
A mi modo de ver, el error más grave que ha cometido Paco Herrera es insistir en casi cada rueda de prensa en el ascenso. Está claro que ‘Somos Valladolid’ y ese debería ser el objetivo siempre en Segunda, pero creo que no hace ningún favor al equipo y menos al entorno, ya quemado por los últimos fracasos, fijarnos públicamente esas metas. Más siendo uno de los presupuestos más bajos de la categoría y los problemas económicos que acumula el club. En mi opinión, sería más acertado el discurso del ‘partido a partido’, que utiliza aún hoy el entrenador del Levante, con 18 puntos de colchón sobre el tercer clasificado.
De esto último, exculpo también a Carlos Suárez y Braulio, pues esta temporada ambos han intentado evitar hablar de ascenso, sabedores que fijándose altas expectativas al mínimo tropiezo la afición se vendría abajo, como así ha sucedido en temporadas recientes y esta ocurriendo a día de hoy. Hay que entender también al aficionado y, especialmente, a los abonados que cada dos fines de semana se dan cita en Zorrilla, son muchos años ya de fracasos continuados y la paciencia tiene un límite.
Todos sabemos que lamentablemente, en el mundo de fútbol, los proyectos como tal no existen y solo perduran los que vienen acompañados por los resultados a corto plazo. Por lo que solo espero que en Alcorcón y ante el Nástic en Zorrilla el juego, la actitud de los jugadores y, por encima de todo, los resultados nos acompañen. De lo contrario el futuro de este a priori ‘ilusionante’ proyecto muy probablemente se dará por finalizado. Porque, para lo bueno y para lo malo, ‘Somos Valladolid’.